Suiza es el último país en tomar medidas enérgicas contra los vaporizadores desechables, después de que el Senado suizo votara a favor de prohibir su venta.
La decisión respalda una moción aprobada anteriormente por la Cámara de Representantes. Pone al país en vías de ilegalizar los vaporizadores de un solo uso, a pesar de la creciente preocupación de los expertos en salud pública y los defensores de los consumidores.
La medida se produce en medio de una tendencia europea más amplia a poner en el punto de mira los vaporizadores desechables, en gran parte como respuesta a los temores sobre el consumo entre los jóvenes y el impacto medioambiental. Pero los críticos advierten que los legisladores corren el riesgo de eliminar herramientas de reducción de daños probadas que ayudan a los fumadores adultos a dejar de fumar.
Los vapes desechables están legalmente disponibles en Suiza desde 2020. Desde entonces han ganado popularidad, sobre todo entre los fumadores adultos que buscan una alternativa menos nociva a los cigarrillos tradicionales.
Public Health England (ahora Oficina para la Mejora de la Salud y las Disparidades) ha estimado anteriormente que vapear es al menos un 95% menos perjudicial que fumar, y estudios recientes demuestran que los productos desechables son una de las herramientas más eficaces para ayudar a los fumadores a dejar de fumar.
Atractivo para los jóvenes y preocupaciones medioambientales
Sin embargo, los políticos suizos que apoyan la prohibición se centran en el atractivo para los jóvenes y las preocupaciones medioambientales.
El diputado del Partido Verde Christophe Clivaz, que encabezó la moción, afirmó que la tendencia está aumentando entre los más jóvenes y que algunos desechables superan el límite legal de 20 mg/ml de nicotina. “Contienen nicotina en forma de sal de nicotina, que no es más peligrosa que la nicotina, pero sí más adictiva”, afirmó.
La socialdemócrata Flavia Wasserfallen se hizo eco de estas preocupaciones, argumentando que los sabores y el colorido diseño de los desechables atraen a los adolescentes. Y añadió: “Los vapes presentan riesgos para la salud, dañan el medio ambiente y generan costes para todos”.
Los críticos afirman que prohibir los productos desechables puede hacer más mal que bien. Al eliminar una herramienta eficaz para dejar de fumar, la prohibición puede hacer que los adultos vuelvan a los cigarrillos o a los productos no regulados del mercado negro.
El propio Consejo Federal suizo se opuso inicialmente a la prohibición, advirtiendo que crearía “barreras técnicas al comercio”. El diputado de derechas del Partido Popular Suizo, Hannes Germann, se mostró de acuerdo e instó a adoptar un enfoque más pragmático, afirmando: “Suiza no debe ir por libre”.
Aprobado por los pelos
La ministra de Sanidad, Elisabeth Baume-Schneider, respaldó finalmente la decisión, citando prohibiciones similares en Francia, el Reino Unido y cantones suizos como Valais y Jura. Sin embargo, admitió que las propuestas alternativas, como aumentar los impuestos o poner fin a los incentivos, “no tendrían el mismo efecto”.
Al final, la moción se aprobó por un estrecho margen de 19 votos a favor y 11 en contra, con la oposición mayoritaria de los miembros del centro-derecha y del Partido Popular.
En el Reino Unido, los críticos advierten de que la nueva prohibición de los desechables -que entró en vigor el 1 de junio- podría empujar a muchos adultos ex fumadores a volver a los cigarrillos y hacer que el vapeo sea menos accesible para los grupos con menores ingresos que dependen de la sencillez y asequibilidad de los desechables.
En cambio, Suecia ha adoptado un enfoque pragmático, basado en la reducción de daños, adoptando alternativas reguladas a la nicotina como el vapeo y el snus.
Esta estrategia ha ayudado al país a alcanzar las tasas de tabaquismo más bajas de Europa. Recientemente se ha convertido en la primera nación oficialmente “libre de humo” del mundo, con tasas diarias de tabaquismo inferiores al 5%.
