- La mayoría de los productos nicotínicos no combustibles (PNC), como los vapes, los chicles de nicotina, los sprays y el snus, no muestran un mayor riesgo de problemas de salud bucodental en comparación con el placebo.
- Las irritaciones leves, como la sequedad de boca o las úlceras, se deben probablemente al modo físico de administración -como la masticación o la inhalación de vapores- y no a la nicotina u otros ingredientes del producto.
- Ningún PNC mostró efectos secundarios orales consistentes lo suficientemente graves como para desanimar a la gente a utilizarlos o reducir el éxito de dejar de fumar.
- A pesar de las pruebas de baja calidad, la revisión apoya las PNC como herramientas seguras y prácticas para reducir los daños en los fumadores preocupados por la salud bucodental.
Una importante revisión mundial ha descubierto que la mayoría de los productos nicotínicos no combustibles (PNC) -incluidos los vapes, los chicles y sprays de nicotina y el snus de estilo sueco- conllevan poco o ningún riesgo de problemas de salud bucodental.
Dirigido por el respetado Centro de Excelencia para la Aceleración de la Reducción de Daños (CoEHAR) de Catania (Italia), el estudio es la evaluación más completa realizada hasta la fecha sobre cómo afectan las NCNP a la boca, las encías y los tejidos bucales.
Publicada en la revista Addiction, la revisión analizó 36 ensayos controlados aleatorizados, 21 de los cuales se incluyeron en un metaanálisis en red que comparaba los efectos secundarios orales de varias NCNP con un placebo y la atención estándar.
Efectos secundarios comparables al placebo
Las NCNP no parecían causar daños significativos en la boca y, en la mayoría de los casos, los efectos secundarios eran raros, leves y comparables a los del placebo.
Según los autores, los efectos adversos orales se notificaron “con frecuencia, pero normalmente de intensidad leve”. Incluían síntomas como sequedad de boca, irritación bucal y aftas (úlceras bucales). El estudio señala que es “más probable que estos efectos estén relacionados con el modo de administración que con el contenido o la formulación de nicotina”. En otras palabras, es el acto de mascar chicle o inhalar vapor -no la nicotina u otros ingredientes- lo que parece desencadenar una irritación menor en algunos usuarios.
“La mayoría de los acontecimientos adversos fueron leves y autolimitados”, escribieron los investigadores. Eso significa que tendían a resolverse por sí solos sin intervención médica y no eran lo bastante graves como para impedir que la gente utilizara el producto.
Se encontraron algunas diferencias entre productos. Por ejemplo, los chicles de nicotina se asociaron más a menudo con aftas, y los sprays mostraron unas probabilidades ligeramente mayores de irritación bucal. El snus también se relacionó con cierta irritación en algunos casos. Sin embargo, los efectos eran inconsistentes entre los estudios y, en general, no eran graves.
Y lo que es más importante, el estudio no halló “pruebas claras de efectos adversos graves o severos para la salud bucodental”, y estos efectos secundarios “no se asociaron comúnmente con la interrupción del tratamiento”. Esto sugiere que las NCNP siguen siendo utilizables y tolerables incluso cuando aparecen síntomas leves.
Más seguro que fumar
La revisión refuerza la opinión de los defensores de la reducción de daños de que los productos de nicotina sin humo son significativamente más seguros para la salud que fumar.
El tabaco de combustión es una de las principales causas de enfermedad oral, pues contribuye a los problemas periodontales, la recesión de las encías, las lesiones de la mucosa y los cánceres orales. Se sabe que el calor y los subproductos tóxicos de la combustión del tabaco dañan los tejidos blandos de la boca y dificultan la cicatrización. Las NCNP evitan totalmente la combustión, reduciendo la exposición a sustancias químicas nocivas.
“Para los individuos que fuman y están preocupados por la salud bucodental, el uso de las NCNP puede representar una estrategia de reducción de daños con menos riesgos para la salud bucodental”, escribieron los autores.
Orientación para médicos y pacientes
El estudio también ofrece ideas prácticas para clínicos y profesionales de la odontología, fomentando el asesoramiento personalizado basado en el producto específico y las necesidades de cada paciente.
Las personas con dolor de mandíbula u operaciones dentales pueden no encontrar cómodo el chicle de nicotina, dice, mientras que otras a las que no les gusta el vapor pueden preferir un aerosol o una pastilla. Los autores sugieren que estas diferencias personales deberían guiar la elección del producto, sobre todo en entornos clínicos centrados en dejar de fumar o en la reducción de daños.
La revisión sugiere que los profesionales dentales están bien situados para apoyar a los fumadores que desean cambiar a alternativas más seguras. Integrar estrategias de reducción de daños en la atención odontológica puede ayudar a llegar a más pacientes que no están preparados para dejar la nicotina por completo, pero quieren reducir sus riesgos para la salud.
Las NCNP son “generalmente seguras” para los tejidos orales
Los autores reconocen que muchos de los estudios revisados eran pequeños o se basaban en síntomas autoinformados. En consecuencia, la certeza general de las pruebas se calificó de baja. Sin embargo, afirmaron que en los distintos ensayos y tipos de producto, el patrón de efectos secundarios orales leves y autolimitados era constante.
Esta coherencia da confianza a la conclusión más general, que es que las NCNP son generalmente seguras para los tejidos orales y no plantean los tipos de riesgos que suelen asociarse al tabaquismo.
