Un borrador filtrado de la posición de la Unión Europea para la reunión del mes que viene del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT) revela un amplio impulso para ampliar las restricciones al estilo del tabaco, e incluso posibles prohibiciones, a todos los productos de nicotina no fumados, incluidos los dispositivos de vapeo, el tabaco calentado y las bolsitas de nicotina.
El documento, fechado el 7 de octubre de 2025 y marcado como LIMITE, esboza la postura de la UE ante la COP11 de Ginebra (17-22 de noviembre). Muestra a Bruselas preparándose para adoptar una postura explícitamente hostil hacia la reducción de daños, describiéndola como una «narrativa de la industria» y animando a los gobiernos a regular o prohibir estos productos.
TL;DR – Lo que muestra el documento filtrado
- La UE propone tratar todos los productos de nicotina, incluidos los que no contienen tabaco, como parte de la misma amenaza para la salud pública.
- Insta a una «fuerte regulación o posibles prohibiciones» de los productos de vapeo, las bolsas de nicotina y el tabaco calentado.
- Descarta la reducción de daños como una estrategia de la industria, no como un enfoque legítimo de salud pública.
- Las normativas medioambientales y de sabor se enmarcan en formas que eliminarían categorías enteras de productos.
- Los críticos advierten de que el planteamiento podría afianzar el consumo de cigarrillos y socavar los objetivos europeos de espacios sin humo.
Dar marcha atrás en la política del tabaco
El texto filtrado deja claro que la UE considera los «productos novedosos y emergentes de nicotina y tabaco» como una puerta de entrada a la adicción, no una salida del tabaquismo. Insta a los países a vigilar de cerca estos productos, restringir su comercialización y, en su caso, prohibir totalmente su venta.
En el punto 4.5 del orden del día, la UE pide medidas «para proteger en particular a los niños y adolescentes», mencionando explícitamente posibles prohibiciones de los sistemas electrónicos de suministro de nicotina (ENDS), los sistemas electrónicos sin nicotina (ENNDS) y las bolsitas de nicotina.
Este lenguaje supone un cambio decisivo respecto a la anterior apertura de Europa a la reducción de daños. Hace sólo unos años, el propio
Una política que protege los cigarrillos
La retórica más dura de Europa no se dirige ahora al cigarrillo, sino a sus alternativas. El borrador recomienda que las
El objetivo declarado es la protección de la juventud y la salud medioambiental. Pero en la práctica, estas medidas podrían eliminar del mercado los productos de menor riesgo, mientras que dejarían ampliamente disponibles los cigarrillos, la forma más letal de consumo de nicotina.
Los expertos en salud pública han advertido de que cuando se restringen o prohíben las opciones más seguras, los fumadores se ven empujados de nuevo hacia los productos combustibles. El documento filtrado no hace referencia a esta consecuencia imprevista.
Un punto ciego en la lucha contra el daño
El planteamiento de la UE confunde la reducción de daños con la interferencia de la industria, una medida que corre el riesgo de silenciar a los investigadores independientes y a los defensores de los consumidores, que llevan mucho tiempo defendiendo una regulación diferenciada basada en el riesgo relativo.
También pasa por alto datos del mundo real. Suecia, donde el snus y las bolsitas de nicotina son legales, tiene ahora la tasa de tabaquismo más baja de la UE, por debajo del 5%, un umbral que la propia OMS define como «libre de humo». En cambio, el tabaquismo sigue siendo obstinadamente alto en los países que han restringido el vapeo o prohibido totalmente las bolsitas.
Una visión más amplia
La posición filtrada de la UE se ajusta a una tendencia mundial creciente a nivel de la OMS: meter todos los productos de nicotina en la misma cesta reguladora, independientemente de su perfil de riesgo. Esto puede suponer una simplificación burocrática, pero va en contra tanto de las pruebas científicas como del pragmatismo ético.
Los cigarrillos siguen siendo la principal causa de muerte evitable en todo el mundo, matando a más de 8 millones de personas al año. Toda política que suprima la innovación en alternativas más seguras, intencionadamente o no, contribuye a mantener esa cifra alta.
Si Europa quiere realmente liderar el control del tabaco en el mundo, debe encontrar el valor para separar la combustión del consumo, y la evidencia de la ideología.
