Las naciones africanas de Namibia y Sudáfrica han avanzado hacia la imposición de restricciones más estrictas sobre el vapeo y otras alternativas de nicotina.
Namibia
En Namibia, el gobierno planea actualizar la Ley del Tabaco para incluir normas sobre productos de nicotina utilizados para vapear. Sin embargo, los planes agrupan el vapeo con las pipas de agua (conocidas como 'hookahs'). A diferencia del vapeo, que no usa tabaco y es mucho menos dañino que fumar, las hookahs implican inhalar humo de tabaco que ha pasado por agua.
La Asociación Americana del Pulmón informa que una sesión típica de hookah puede exponer a los usuarios a más humo durante un período más prolongado en comparación con un solo cigarrillo, aumentando el riesgo de cáncer, enfermedades pulmonares y problemas cardiovasculares. Además, el carbón utilizado para calentar el tabaco puede producir químicos peligrosos como monóxido de carbono y metales pesados.
El vapeo, por otro lado, no se asocia con ninguna muerte o problema de salud relacionado con el tabaco. También se considera ampliamente como la herramienta más útil para ayudar a los fumadores a dejar de fumar. Actualmente, el vapeo no está regulado en Namibia y no está cubierto por su Ley de Control del Tabaco.
Sudáfrica
Mientras tanto, el Consejo de Farmacia de Sudáfrica (SAPC) ha anunciado planes para prohibir la venta de vapeadores en farmacias. La medida fue desencadenada por un aumento de solicitudes de farmacias para vender vapeadores y recargas como ayudas para dejar de fumar.
El SAPC publicó enmiendas propuestas a las "reglas de buena práctica farmacéutica", que agregarían vapeadores a una lista de productos que no se pueden vender legalmente en farmacias. La lista actualmente incluye artículos como armas, alcohol y tabaco.
El gobierno sudafricano ya ha puesto en marcha un nuevo Proyecto de Ley de Control de Productos del Tabaco y Sistemas Electrónicos de Entrega para incluir la regulación de "sistemas de entrega de nicotina y sistemas de no nicotina" junto con los cigarrillos.
El proyecto de ley ha encontrado una fuerte oposición por parte de los defensores del vapeo, quienes argumentan que los sistemas electrónicos de entrega, como los vapeadores, son mucho menos dañinos que el tabaco y deben ser abordados de manera diferente.