Un estudio que afirma que la condición física de los jóvenes que vapean es "tan mala como la de los fumadores de la misma edad" no puede ser confiable, según destacados académicos. El informe, realizado por un equipo de la Universidad Metropolitana de Mánchester, desafía la evidencia existente que muestra que el vapeo es una alternativa más saludable al tabaquismo. Los hallazgos fueron presentados la semana pasada en el Congreso de la Sociedad Respiratoria Europea en Viena, Austria, por la autora principal, la Dra. Azmy Faisal.
Tras una breve nota de prensa, los medios de comunicación de todo el mundo difundieron titulares sensacionalistas como “El vapeo daña los pulmones de los jóvenes tanto como el tabaco, según sugiere un estudio”.
Preocupaciones principales
Sin embargo, varios académicos han expresado serias preocupaciones sobre el hecho de que el informe se compartiera con los medios antes de ser publicado en una revista científica o revisado por pares. También señalan problemas fundamentales en los métodos del estudio y en la forma en que se presentaron los resultados, así como la falta de información disponible.
El estudio involucró solo a 60 personas en sus 20 años, todas con función pulmonar normal. Un tercio eran fumadores a largo plazo, otro tercio vapeadores a largo plazo, y el último tercio no fumaba ni vapeaba. Los participantes realizaron ejercicio en una bicicleta estática hasta el agotamiento para medir sus respuestas cardíacas, pulmonares y musculares.
La Dra. Faisal afirmó que los fumadores y vapeadores tenían una respiración excesiva y músculos más fatigados durante el ejercicio, concluyendo que el vapeo no es mejor que fumar.
Limitaciones de la investigación no publicada
Rachel Richardson, gerente de la unidad de apoyo a métodos en la red global de salud Cochrane, advirtió sobre los resultados del estudio debido a que aún no ha sido revisado por pares. Señaló que no se ha demostrado que el vapeo cause una reducción en la aptitud física de los jóvenes y que la asociación entre el rendimiento en las pruebas de ejercicio y el vapeo no implica causalidad. Podría haber otros factores, como la menor frecuencia de ejercicio entre vapeadores.
Resultados desactualizados y falta de información
Richardson también criticó que los datos se publicitaran antes de completarse. La Dra. Kevin McConway, profesora emérita de estadística aplicada en la Universidad Abierta, expresó que la información disponible es insuficiente para evaluar con precisión el estudio. Agregó que las diferencias observadas en la respuesta al ejercicio podrían deberse a otros factores, como el estilo de vida, y que es difícil sacar conclusiones basadas en los datos limitados.
En resumen, aunque el estudio ha recibido atención mediática, los académicos piden cautela debido a las limitaciones metodológicas y la falta de revisión científica rigurosa.