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Science fails

Cuando falla la ciencia: 3 estudios anti-vape que no sobrevivieron al escrutinio

En los últimos años han aparecido en los titulares varios estudios que hacían afirmaciones dramáticas sobre los peligros del vapeo, sólo para ser retirados tras plantearse serias dudas sobre sus métodos y conclusiones.

He aquí tres casos notables en los que se retractaron posteriormente artículos que relacionaban el vapeo con el cáncer, las enfermedades cardiacas y los problemas hepáticos.

1. El vínculo con el cáncer que desapareció

En 2022, un estudio publicado en la Revista Mundial de Oncología afirmaba que las personas que vapuleaban tenían más del doble de probabilidades de desarrollar cáncer que los no fumadores, e incluso un riesgo mayor que los fumadores de cigarrillos tradicionales.

El documento, dirigido por investigadores de la Universidad de Illinois, analizaba datos de encuestas sanitarias de EE.UU. y concluía que los consumidores de vape tenían una «edad temprana de aparición del cáncer» y un «mayor riesgo de padecerlo».

Pero en 2023, la revista publicó una retractación. Los editores afirmaron que existían «dudas sobre la metodología del artículo, el tratamiento de los datos de origen, incluido el análisis estadístico, y la fiabilidad de las conclusiones», y que los autores no habían justificado sus conclusiones.

El estudio fue ampliamente difundido antes de ser retirado, a pesar de que los expertos señalaron defectos importantes, como no tener en cuenta si los participantes habían fumado antes de vapear, lo que podría haber sesgado los resultados.

2. Una reclamación por infarto que no se sostuvo

En 2019, un artículo publicado en el Journal of the American Heart Association afirmaba que el vapeo aumentaba el riesgo de infarto. El estudio, dirigido por investigadores de la Universidad de California en San Francisco, fue recogido por medios de comunicación de todo el mundo.

Sin embargo, poco después de la publicación, otros científicos detectaron un problema crítico: muchos de los infartos del conjunto de datos se habían producido antes de que las personas del estudio empezaran a vapear. Esto significaba claramente que el estudio no podía demostrar que la culpa fuera del vapeo.

Tras revisar el asunto, la revista se retractó formalmente del artículo a principios de 2020, afirmando que las conclusiones eran «poco fiables».

3. El estudio sobre la enfermedad hepática que fue retirado

En 2022, otro estudio, esta vez en la revista Gastroenterology Research, sugirió que el vapeo estaba relacionado con las enfermedades hepáticas crónicas. La investigación utilizó datos de encuestas nacionales de salud de EE.UU. para comparar a los usuarios de vapeo, fumadores y no fumadores, y concluyó que los que vapeaban tenían una mayor prevalencia de problemas hepáticos.

Los autores argumentaron que el vapeo podría desencadenar una inflamación que podría contribuir al daño hepático. Pero los estadísticos y los médicos no tardaron en cuestionar los métodos del artículo, señalando que el análisis no controlaba el tabaquismo previo, el consumo de alcohol o la obesidad, factores clave que se sabe que afectan a la salud del hígado.

En junio de 2023, los editores se retractaron del estudio, citando «preocupaciones sobre la metodología del artículo, el procesamiento de los datos de origen, incluido el análisis estadístico, y la fiabilidad de las conclusiones». Los autores no emitieron una respuesta pública.

Daños causados por la desinformación

Cada uno de estos estudios hizo afirmaciones audaces sobre los riesgos para la salud del vapeo que luego no pudieron ser respaldadas por las pruebas. Pero cuando aparecieron las retractaciones, a menudo en silencio y meses después, el daño ya estaba hecho. Las historias originales ya habían aparecido en los titulares internacionales, mientras que las correcciones apenas se registraron.

Las consecuencias pueden continuar mucho después de que se retire un artículo. La semana pasada, @GrimmGreen, defensor del vapeo y persona influyente, publicó que YouTube había retirado su vídeo en el que explicaba que el estudio sobre el cáncer mencionado anteriormente se había retractado.

«Es un vídeo sobre la retractación de un estudio sobre el cáncer. Es literalmente un vídeo con base científica que utiliza datos del @NIH, pero @YouTubeCreators considera que esta ciencia es ‘desinformación’… Estoy literalmente advirtiendo a la gente sobre ciencia mala que fue retractada por los autores. ¿Cómo puede eso desinformar a la gente?».

Incluso cuando se corrige una investigación defectuosa, su impacto puede persistir en Internet, a veces eclipsando la verdad.

Estos casos demuestran lo rápido que una ciencia débil o engañosa puede moldear la percepción pública y la política antes de que se comprueben completamente los hechos. Cuando se trata de estudios sobre el vapeo, demasiados titulares hacen mucho ruido, y luego se desmoronan cuando la ciencia no resiste el escrutinio.

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